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Este súper alimento se las trae todas: es el grano más pequeño del mundo pero sobresale entre los cereales de forma significativa por sus méritos nutricionales. No sorprende que los deportistas de élite, personas concienciadas con la salud y con necesidades especiales de alimentación, apuesten por este.

El teff es una semilla originaria de Etiopia, donde se consume desde hace cinco mil años. Su cultivo ocupa la mayor cantidad de hectáreas cultivables y representa el 20% del total de la producción de cereal del país. Es uno que se adapta muy bien a climas propensos a la sequía y a terrenos áridos, y es resistente a las plagas de insectos y enfermedades, por lo que no necesita cuidados químicos.

Su nombre deriva de la palabra amhárica teffa, que significa «perdido», en referencia a su pequeño tamaño: el grano de teff no supera los 1,7 milímetros de alto por 1 de diámetro. Por este motivo se lo utiliza integral, característica que incrementa su aporte nutricional pues, de esta manera, se consume el almidón junto con el germen y el salvado. La semilla tiene un rango de colores que va del blanco al marrón oscuro.

Tradicionalmente se utiliza el grano fermentado, lo que potencia su valor nutricional, digestibilidad y reduce los anti nutrientes. Constituye un alimento base de la dieta habitual etíope y es el ingrediente principal en panes, porridge, bebidas tradicionales y sopas.

Cualidades nutritivas

El teff proporciona una fuente de proteínas importante, totalmente exenta de gluten. Su composición en aminoácidos incluye los ocho esenciales.

El grano se compone en gran parte de almidón y es una fuente importante de energía. Además, posee grandes cantidades de vitaminas y micronutrientes, entre los cuales destacan el hierro y el calcio, aunque también hay cantidades importantes de magnesio, manganeso y potasio.

Su perfil nutricional supera ampliamente a otros cereales como el trigo, la cebada, el maíz, el arroz o el mijo.

Beneficios para la salud

Debido a la ausencia de gluten, es una excelente opción para celíacos. El teff permite ampliar la oferta de productos y brindar variedad a la alimentación.

Asimismo, como atributo principal podemos mencionar su alto contenido de hierro, condición que lo posiciona como alimento destacable para incorporar en una alimentación plant based. Su generoso contenido de calcio lo hace recomendable para sumar al aporte de este mineral utilizando una fuente vegetal y prevenir trastornos relacionados con su deficiencia.

También se lo considera muy útil para el tratamiento de pacientes con diabetes tipo 2, ya que posee un índice glucémico muy bajo que regula los niveles de glucosa en sangre. Vale destacar que esta característica, junto al alto contenido en fibra soluble, convierte al teff en un alimento óptimo para el descenso de peso, ya que produce un efecto saciante y trabaja como regulador del apetito.

Los deportistas también pueden beneficiarse de las propiedades de este cereal. Debido a su bajo índice glucémico, el teff es una buena fuente de hidratos de carbono de asimilación lenta: aporta la energía necesaria de forma rápida y prolongada. Asimismo, su alto contenido de hierro previene la aparición de anemia (tan característica en este grupo) favoreciendo el rendimiento deportivo.

¿Cómo podemos utilizarlo?

Es recomendable su uso como sustituto de harinas o semillas, al aportar un gran valor nutricional a nuestras comidas. Además, por la cantidad de fibra que incorpora, confiere una textura gelatinosa una vez cocido que otorga cuerpo a pasteles, panes, cremas y salsas.

Por su sabor fuerte y dulzón (ligeramente parecido a la nuez), constituye un ingrediente ideal para preparaciones como budines, muffins, galletas y panes caseros.

Lic. Nadia Manuale